martes, 31 de julio de 2007

Homofobia, conflicto armado y derechos en Colombia

El hecho de que los, las les LGBT hayan ganado ciertos derechos en Colombia, no implica que ellos mismos y la sociedad les reconozca como sujetos de tales.

Sólo en la medida en que estas personas nos hagamos más visibles en todos los espacios sociales, culturales, económicos y políticos, y la sociedad pueda tener la oportunidad de conocernos mejor, deshacerse de mitos y creencias, aumentando su capacidad de comprender y disfrutar la importancia de la diversidad que la conforma, será posible que se nos acepte y respete como sus iguales.

Aún cuando Colombia no es un paraíso, no puede negarse que la convivencia para los homosexuales en las grandes ciudades en más fácil que en la zona rural. A pesar de que esto es así, en Bogotá las milicias de las FARC, durante 2003, obligaron al maestro Manuel Gaviria a renunciar a su cargo como maestro en una escuela primaria teniendo como excusa para el “boleteo” su homosexualidad.

En una encuesta sobre convivencia ciudadana en esta misma ciudad, realizada en las dos oportunidades en que Antanas Mokus fuera alcalde de la ciudad, un alto porcentaje de ciudadanos expresó no estar interesado en tener un homosexual como vecino, hecho que motivó que durante la alcaldía de Lucho Garzón se haya creado un programa que tiene como fin alcanzar una “Bogotá sin indiferencia con la población LGBT”.

La violencia homofóbica en Colombia no es un hecho reciente, entre 1986 y 1991 los grupos denominados de “limpieza social” asesinaron a más de 680 homosexuales. León Zuleta, cofundador con Velandia del Movimiento homosexual colombiano, fue asesinado en 1994 por razón de sus trabajos en derechos humanos y con minorías sexuales.

El machismo al interior del militarismo, ya sea este de derecha, centro o izquierda siempre ha estado presente en Colombia. Es frecuente la violencia policial contra homosexuales y muy especialmente, contra los/las transgéneros y transvestis que trabajan sexualmente.

En las zonas en las que en Colombia es más marcado el conflicto con los paramilitares y con la guerrilla, especialmente con las FARC -Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-, estos actores sociales se han convertido en los nuevos guardianes del orden moral.

No es de extrañar el radicalismo de los grupos cristianos y conservadores que atacan verbal y emocionalmente a los homosexuales; ahora bien, para muchos es sorprendente que los paramilitares y la guerrilla hayan obligado a algunas personas homosexuales a desplazarse fuera de sus territorios e inclusive, que la guerrilla lograra que se realizara la prueba diagnostica de la infección por el VIH a todas las personas de una pequeña ciudad del Llano, discriminación que en Colombia tuvo la complacencia de las autoridades de salud, civiles y militares, quienes igualmente permitieron el desplazamiento forzado de las personas cuyo diagnóstico fue reactivo.

En estos grupos armados existe una doble moral con relación a la población LGBT; por ejemplo, en algunas zonas de conflicto los transvestis y/o transgéneros que trabajan sexualmente se les permite estar en la zona si prestan “favores sexuales” o son informantes, de lo contrario se les obliga al desplazamiento cuando no es que se les asesina por causa de su identidad y su actividad laboral.

Durante muchos años el ejército colombiano puso en las libretas militares, documento que informa sobre la prestación del servicio militar obligatorio, un texto en el que se leía profesión: homosexual; siendo esta la razón por la que se les excluía de prestar el servicio militar.

A partir de fallos de la Corte Constitucional a tutelas (mecanismo constitucional que se usa en caso de buscar protección estatal si hay amenaza o vulneración de los derechos fundamentales), ya no se puede excluir a alguien de las instituciones militares en razón de dicha “profesión”, como tampoco del lugar de trabajo, de estudio o de vivienda, sin embargo los homosexuales siguen siendo rechazados, vulnerados y estigmatizados en el ejercito colombiano, inclusive se les expone públicamente ante sus compañeros, se les maltrata físicamente, encierra en calabozos y agrede o menosprecia diciéndoles “mariquitas”.

Aun cuando en Colombia desde el Estado, por razón de su orientación sexual no se ha excluido de su cargo a maestros, el estatuto docente, norma que los rige, en uno de sus artículos consideraba la homosexualidad causal de mala conducta; artículo que fue derogado por fallo de tutela.

En lo que va corrido del siglo XXI los homosexuales hemos participado en la actividad política, logrando, en mi caso, que el Partido Liberal Colombiano aceptara a las minorías sexuales como un sector social con pleno reconocimiento y derecho a presentar candidatos a las diversas corporaciones publicas. Hecho que también se dio mas recientemente en el grupo político denominado Polo democrático.

Siendo candidato a la Cámara en las elecciones de 2002, yo Manuel Velandia fui victima de un atentado con una granada lanzada a mi residencia por grupos paramilitares quienes han sido explícitos en considerarse opositores a mi actividad; sus reiteradas amenazas de muerte, que a finales de 2006 se extendieron a mi familia, fueron la causa de mi desplazamiento forzado a España, país en que actualmente me encuentro en trámite de asilo político por orientación sexual. John Jairo Romero (homosexual), Niyireth Reinosa y su pareja (lesbianas) y Samantha Palacios (transvesti) son las otras cuatro personas que han solicitado asilo por esta misma causa en España entre el 2001 y el 2007. Las tres primeras personas ya lo obtuvieron.

Ellos y ellas no son los únicos LGBT que han tenido que huir de Colombia, ya que también tenemos asilados en otros países. Manuel Bermúdez, Ciudadano Gay con sede en Medellín y quien fuera candidato al Senado fue “boleteado” por grupos paramilitares durante su campaña en el 2002, esto demuestra que dicha participación política no es plena y que las autoridades no investigan, sancionan o penalizan apropiadamente a quienes entorpecen el debate político democrático, tal y como se ha demostrado con las investigaciones recientes sobre la presencia paramilitar en el Senado y la Cámara, corporaciones en las que tampoco se logró la aprobación del proyecto de Ley sobre los derechos civiles de las parejas del mismo sexo (2007) a pesar de que el presidente Uribe y sus grupos políticos apoyaran esta propuesta como parte de su estrategia para conseguir votos en las ultimas elecciones.

Y como ya lo dije antes en otro blog, para que Bogotá sea realmente un ejemplo no se necesita únicamente que su alcalde tenga una actitud positiva hacia las personas LGBT como la tiene Lucho, actitud que incluso le ha quitado aceptación popular, se requiere en especial que haya recursos para llevar a cabo acciones y con estos recursos la ciudad no cuenta, porque no es verdad que los homosexuales, las lesbianas, los y las bisexuales y los, las y les transgeneristas realmente cuenten, ya que el cambio solo es posible con el desarrollo de una política.

Con lo anterior se comprende la importancia del debate que se cursó en el Consejo de Bogotá sobre el Proyecto de acuerdo número 357 de 2007 "Por medio del cual se establecían los lineamientos de la Política pública para las personas Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgeneristas —LGBT— en Bogotá" y que se perdió con ocho votos en contra y siete a favor, en la Comisión de Gobierno del Concejo de Bogotá.

Un complemento a este tema puede encontrarlo en Revista Semana en el que se demuestra que esta es un población importante por su numero en Bogotá, así las cifras no sean precisamente las mas actuales.http://www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=70487

Por lo menos 50 homosexuales colombianos obtuvieron asilo en Estados Unidos el año pasado

La razón serían las amenazas de muerte que han recibido militantes de esta comunidad en los últimos tiempos.

El abogado colombiano Camilo Perdomo, residente en Nueva York, declaró a Caracol Radio que "el gobierno de E. U. protege a una persona que establece que fue perseguido porque que le gustan las personas del mismo sexo o cuando supo la novedad que está viviendo con VIH".

Explicó que el papeleo para el trámite de ese tipo de asilo puede tardar un mes y la petición, que se presenta dentro del año siguiente, se falla en 45 días.

Los honorarios de los abogados cuestan desde 2.000 hasta 30.000 dólares, dijo el letrado colombiano, aunque señaló que la gestión la puede hacer cualquier persona por sí sola.

No obstante, Andrés Duque, de la organización de colombianos gay en Nueva York denominada Colega, dijo a la misma emisora que él ha colaborado en alrededor de 100 casos de asilo por homosexualidad, una posibilidad establecida en 1996, y advirtió de que cada vez es más difícil obtenerlo.

"En ese entonces las cortes de asilo aquí no sabían mucho sobre la situación gay en muchos países del mundo. Venían casos con pocas pruebas y obtenían asilo político. Hoy es mucho mas difícil", puntualizó Duque.

Según las fuentes, no hay una cifra exacta de colombianos que piden asilo por homosexualidad en E. U., ya que el Departamento de Estado no lo especifica, si bien se calcula que el año pasado fueron alrededor de 50 los colombianos que lo consiguieron.
Fuente: http://www.eltiempo.com/justicia/2007-07-31/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3660831.html

Con "Camilo Perdomo" puede comunicarse a perdomocolombia@gmail.com

lunes, 30 de julio de 2007

Colombianos gay piden asilo en los EEUU, perseguidos por su condición sexual

Por Diego Senior 07/30/2007
http://www.caracol.com.co/realarchi.asp?id=460020

Los colombianos piden asilo en otros países usualmente por amenazas contra su vida por parte de grupos armados. Pero no es de conocimiento general que muchos colombianos pidan asilo por ser homosexuales. Para los colombianos gay, ya es común solicitar asilo político por la falta de protección del gobierno. ¿Qué es para un colombiano pedir asilo por su condición sexual?

Responde Camilo Perdomo, abogado nacido en Bogotá que vive en Queens y que se dedica a prestar sus servicios a personas que necesitan adelantar tramites de asilo por homosexualismo. "Dura un mes preparando papeles y organizando pruebas. Cuando llega aquí se espera a que se venza el estatus de visita. Dentro del año siguiente se presenta la petición de asilo y es fallada en 45 días" dijo el experto.

Entre 2 mil e incluso 30 mil dólares puede cobrar un abogado en los EEUU para ayudar con un proceso de asilo ante inmigración. Sin embargo, esta ayuda es innecesaria ya que la labor es simplemente de papeleo, que cualquier persona puede hacer por si sola, si cree tener un caso para pedir asilo.

Sobre como es la situación particular de los homosexuales colombianos en estos casos, Perdomo comenta que "una persona que establece que fue perseguido cuando descubre que le gustan las personas del mismo sexo o cuando vuelve con la novedad que está viviendo con VIH, el gobierno de los EEUU dice: pobre tipo, yo lo protejo."

Los casos de asilo en los EEUU se analizan en las 54 cortes especializadas, y según un estudio realizado por profesores de la universidad George Washington, los colombianos están dentro de los 5 países cuyos ciudadanos mas asilos reciben en Norteamérica.

Sin embargo, no todo es tan fácil como parece. Así lo afirma Andrés Duque (en la foto), de COLEGA, una organización de colombianos gay en Nueva York. Duque, personalmente, ha colaborado con alrededor de 100 casos de asilo por homosexualidad e insiste que desde 1996 cuando se incorporó este tipo de asilo bajo el mandato de Bill Clinton no se conocía mucho sobre la situación en Colombia.

"En ese entonces las cortes de asilo aquí no sabían mucho sobre la situación gay en muchos países del mundo. Venían casos con pocas pruebas y obtenían asilo político. Hoy es mucho mas difícil", dice Duque.

Además, hay casos en que la homofobia persigue a los colombianos, incluso hasta este país. "Depende del juez que le toque a uno o el representante de la oficina de inmigración. Hay unos que son homofóbicos Recuerdo un caso de un colombiano maltratado cuando era militar.

La juez le dijo que él no parecía gay, y que lo podría ocultar fácilmente".

Pero no hay una cifra exacta de colombianos que piden asilo por homosexualidad, dado que el Departamento de Estado no lo especifica. Se sabe que el año pasado fueron alrededor de 50 los colombianos los que obtuvieron asilo, una cifra que disminuyo debido a que ya no se admiten a los que han pagado vacunas bajo amenazas, en el 2005 fueron 323 los colombianos asilados por los EEUU.

El gobierno colombiano no puede hacer nada al respecto, por lo menos en instancias consulares. Francisco Noguera, cónsul general de Colombia en Nueva York, dice que "normalmente ellos se asesoran bien de abogados. La primera recomendación es que no soliciten ayuda al Estado que ellos alegan no puede ofrecerles las condiciones de vida que ellos necesitan".

A lo menos es preocupante saber que en un país como Colombia, donde se ha estado a punto de aceptar uniones gay, existan todavía casos de asilo no por presión política, guerrillera o paramilitar, sino por una condición privada y personal como es la orientación sexual.

Asilo homosexual en USA 1993

Publicado en Revista semana. Colombia. 10/04/1993 - Edición: 592 http://www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=53070

ESTADOS UNIDOS acaba de conceder asilo político a un homosexual brasileño, Marcelo Tenorio, con base en el peligro de que sea objeto de persecución en su país de origen.
Se trata de la primera oportunidad en la historia que el país del norte otorga por esa razón ese beneficio a un miembro de "un grupo minoritario y amenazado por sus preferencias sexuales", Tenorio argumentó ante las autoridades norteamericanas que en su país han muerto violentamente 1.200 homosexuales desde el comienzo de la década de 1980, y que solo en la ciudad de Rio de Janeiro han sido asesinados 38 en lo que va corrido del presente año.

De ser ciertos los argumentos de Tenorio, se subrayaría la doble actitud de los brasileños hacia el homosexualismo, que desde otro punto de vista es tolerado como parte del Carnaval de Rio, a tiempo que artistas como Gaetano Veloso y Gilberto Gil hacen ostentación de su bisexualidad.
Por eso, el semanario Veja tituló: "Los jueces norteamericanos engañados: un gay obtiene asilo en EE. UU. mediante mentiras sobre Brasil".

jueves, 19 de julio de 2007

Testimonio de Manuel, desde España

Por: Sergio Cardenas secardenas@conexioncolombia.com
Visite documento sobre inmigrantes colombianos en
http://portal.conexioncolombia.com/wf_InfoArticuloNormal.aspx?IdArt=93334


Manuel Velandía conoció su primer novio a los 18 años. Era uno de sus profesores de sociología, un francés que era intelectualmente muy cercano a las teorías “sexpol”, es decir la relación entre sexualidad y política. Dos años después entró en contacto con León Zuleta, un escritor paisa y miembro del partido comunista. Manuel y León decidieron crear en 1976 el Movimiento Gay Colombiano, una de las primeras manifestaciones a favor de los derechos de este grupo.

Además de sociología, este santandereano estudió filosofía, lo que le dio la preparación académica suficiente para convertirse en activista por los derechos homosexuales y para empezar a meterse en política, junto a su trabajo de docente (Manuel tiene una maestría en educación). En el año de 1998, como miembro del partido Liberal y con el apoyo de Piedad Córdoba, presentó un proyecto de ley que se hundió en el Congreso: “Ese proyecto era demasiado ambicioso. Además de los derechos patrimoniales incluimos cosas muy audaces, como que el tema se tocara en la educación sexual de los colegios, y otras iniciativas que eran muy osadas”, afirma Velandia desde España.

Por la época en que se presentaba la ley, comenzaron a amenazarlo. Empezó a recibir llamadas y comunicaciones en las que además de notificarle que su vida corría peligro, lo insultaban por su inclinación sexual. Manuel no se amilanó, y en 2002, presentó su candidatura a la Cámara de Representantes por el partido Liberal. “Uno nunca cree que las amenazas sean verdad. A veces dan hasta risa y parece como si no fuera uno al que están amenazando”, cuenta Manuel. Pero el 1 de abril de 2002, mientras dormía con su compañero en su casa en Bogotá, desconocidos lanzaron una granada que afortunadamente no les causó ninguna lesión.

A raíz del atentado, Manuel confiesa que se volvió más frentero. Empezó a hablar más duro y a denunciar de frente lo que antes insinuaba. Le ofrecieron irse para Alemania o para Estados Unidos, pero no se dejó amedrentar y se quedó en Colombia. Dos años después, se lanzó al Concejo de Bogotá, y las amenazas reaparecieron con intensidad. Pero solo hasta 2006, cuando el proyecto de ley que se hundió hace poco estaba en discusión, las amenazas se tornaron contra su familia.

Abandonó su casa, y empezó a vivir en fincas y casas de amigos. Pero siempre lo encontraban. El miedo por sus hermanos, su mamá y sus seres queridos, lo venció: “Después de que yo dije que me preocupaba que senadores vinculados con la parapolítica defendieran el proyecto, empezaron a amenazar a mi familia. Por recomendación de varios políticos amigos y líderes sociales, que decían que el peligro era real, decidí abandonar el país,” dice. Decidió salir para España, donde se le concedió el asilo (Nota fuera de texto: realmente Velandia se encuentra en trámites para la obtención del asilo político y por orientación sexual).

Manuel no tiene una vida fácil. Homologar sus títulos es muy complicado. A pesar de tener una preparación académica alta, por su edad y la falta de certificación no le han ofrecido mucho trabajo. En Colombia era un intelectual y un activista. Pero lo único que le han ofrecido es un trabajo limpiando las zanjas de las carreteras. Dice que dejó muchas cosas y muchos seres queridos en Colombia. “El daño emocional es inmenso. Pero el daño económico es también muy grande. La gente cree que cuando dan el asilo, todo es un paraíso. El gobierno español ayuda, pero no todo es color de rosa.”

miércoles, 18 de julio de 2007

Homofobia, conflicto armado y violación de derechos: causas de la inmigración LGBT




Una pregunta que generalmente se hacen quienes no conocen la situación política de Colombia es por qué razones los/las/les LGBT colombianos salen del país y buscan el asilo político. Buscando dar respuesta a esa pregunta, el autor reflexiona sobre la homofobia, el conflicto armado y la violación de los derechos humanos y los derechos sexuales son las causas de la inmigración LGBT en dicho país.


El hecho de que los, las les LGBT hayan ganado ciertos derechos en Colombia, no implica que ellos mismos y la sociedad nos reconozca como sujetos de tales. Sólo en la medida en que estas personas nos hagamos más visibles en todos los espacios sociales, culturales, económicos y políticos, y la sociedad pueda tener la oportunidad de conocernos mejor, deshacerse de mitos y creencias, aumentando su capacidad de comprender y disfrutar la importancia de la diversidad que la conforma, será posible que se nos acepte y respete como sus iguales.

Aún cuando Colombia no es un paraíso, no puede negarse que la convivencia para los homosexuales en las grandes ciudades en más fácil que en la zona rural. A pesar de que esto es así, en Bogotá las milicias de las FARC, durante 2003, obligaron al maestro Manuel Gaviria a renunciar a su cargo como maestro en una escuela primaria teniendo como excusa para el “boleteo” su homosexualidad.

En una encuesta sobre convivencia ciudadana en esta misma ciudad, realizada en las dos oportunidades en que Antanas Mokus fuera alcalde de la ciudad, un alto porcentaje de ciudadanos expresó no estar interesado en tener un homosexual como vecino, hecho que motivó que durante la alcaldía de Lucho Garzón se haya creado un programa que tiene como fin alcanzar una “Bogotá sin indiferencia con la población LGBT”.

La violencia homofóbica en Colombia no es un hecho reciente, entre 1986 y 1991 los grupos denominados de “limpieza social” asesinaron a más de 680 homosexuales. León Zuleta, cofundador con Velandia del Movimiento homosexual colombiano, fue asesinado en 1994 por razón de sus trabajos en derechos humanos y con minorías sexuales.

El machismo al interior del militarismo, ya sea este de derecha, centro o izquierda siempre ha estado presente en Colombia. Es frecuente la violencia policial contra homosexuales y muy especialmente, contra los/las transgéneros y transvestis que trabajan sexualmente.

En las zonas en las que en Colombia es más marcado el conflicto con los paramilitares y con la guerrilla, especialmente con las FARC -Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-, estos actores sociales se han convertido en los nuevos guardianes del orden moral.

No es de extrañar el radicalismo de los grupos cristianos y conservadores que atacan verbal y emocionalmente a los homosexuales; ahora bien, para muchos es sorprendente que los paramilitares y la guerrilla hayan obligado a algunas personas homosexuales a desplazarse fuera de sus territorios e inclusive, que la guerrilla lograra que se realizara la prueba diagnostica de la infección por el VIH a todas las personas de una pequeña ciudad del Llano, discriminación que en Colombia tuvo la complacencia de las autoridades de salud, civiles y militares, quienes igualmente permitieron el desplazamiento forzado de las personas cuyo diagnóstico fue reactivo.

En estos grupos armados existe una doble moral con relación a la población LGBT; por ejemplo, en algunas zonas de conflicto los transvestis y/o transgéneros que trabajan sexualmente se les permite estar en la zona si prestan “favores sexuales” o son informantes, de lo contrario se les obliga al desplazamiento cuando no es que se les asesina por causa de su identidad y su actividad laboral.

Durante muchos años el ejército colombiano puso en las libretas militares, documento que informa sobre la prestación del servicio militar obligatorio, un texto en el que se leía profesión: homosexual; siendo esta la razón por la que se les excluía de prestar el servicio militar.

A partir de fallos de la Corte Constitucional a tutelas (mecanismo constitucional que se usa en caso de buscar protección estatal si hay amenaza o vulneración de los derechos fundamentales), ya no se puede excluir a alguien de las instituciones militares en razón de dicha “profesión”, como tampoco del lugar de trabajo, de estudio o de vivienda, sin embargo los homosexuales siguen siendo rechazados, vulnerados y estigmatizados en el ejercito colombiano, inclusive se les expone públicamente ante sus compañeros, se les maltrata físicamente, encierra en calabozos y se les agrede diciéndoles “mariquitas”.

Aun cuando en Colombia desde el Estado, por razón de su orientación sexual no se ha excluido de su cargo a maestros, el estatuto docente, norma que los rige, en uno de sus artículos consideraba la homosexualidad causal de mala conducta; artículo que fue derogado por fallo de tutela.

En lo que va corrido del siglo XXI los homosexuales hemos participado en la actividad política, logrando, en mi caso, que el Partido Liberal Colombiano aceptara a las minorías sexuales como un sector social con pleno reconocimiento y derecho a presentar candidatos a las diversas corporaciones publicas. Hecho que también se dio mas recientemente en el grupo político denominado Polo democrático.

Siendo candidato a la Cámara en las elecciones de 2002 fui victima de un atentado con una granada lanzada a mi residencia por grupos paramilitares quienes han sido explícitos en considerarse opositores a mi actividad; sus reiteradas amenazas de muerte, que a finales de 2006 se extendieron a mi familia, fueron la causa de mi desplazamiento forzado a España, país en que actualmente me encuentro en trámite de asilo político por orientación sexual.

John Jairo Romero (homosexual), Niyireth Reinosa y su pareja (lesbianas) y Samantha Palacios (transvesti) son las otras cuatro personas que han solicitado asilo por esta misma causa en España entre el 2001 y el 2007. Las tres primeras personas ya lo obtuvieron. Ellos y ellas no son los únicos LGBT que han tenido que huir de Colombia, ya que también tenemos asilados en otros países.

Manuel Bermúdez, Ciudadano Gay con sede en Medellín y quien fuera candidato al Senado fue “boleteado” por grupos paramilitares durante su campaña en el 2002, esto demuestra que dicha participación política no es plena y que las autoridades no investigan, sancionan o penalizan apropiadamente a quienes entorpecen el debate político democrático, tal y como se ha demostrado con las investigaciones recientes sobre la presencia paramilitar en el Senado y la Cámara, corporaciones en las que tampoco se logró la aprobación del proyecto de Ley sobre los derechos civiles de las parejas del mismo sexo (2007) a pesar de que el Presidente Uribe y sus grupos políticos apoyaran esta propuesta como parte de su estrategia para conseguir votos en las ultimas elecciones.